Cuando uno empieza un negocio, las ganas y la motivación lo son todo. Nos solemos volcar en conseguir clientes y ser los mejores en lo que hacemos. Sin embargo por ese ímpetu a veces podemos descuidar el control financiero del mismo. Y esto puede ser un gran error ya que sin los conocimientos adecuados, nos puede resultar difícil si no sabemos cómo realizarlo.
Debemos tener presente que si nuestra empresa, por muy pequeña que sea, cuenta con unas finanzas sanas. Podrá tener más posibilidades de crecer que otras. Incluso, por qué no, llegar a ser una multinacional. Lo que es meridianamente claro es que sin unas finanzas adecuadas y sostenibles, su futuro siempre será incierto. A continuación intentaremos mostrar algunos consejos para poder mantener un buen control financiero en nuestra empresa.
Establece tu sueldo.
Debemos intentar fijar un salario como si fuésemos un trabajador más. La mayoría de los empresarios cuando comienzan sus negocios, cometen el error de manejar la cuenta de la empresa a su libre albedrío, sacando dinero cuando hace falta y si tener ningún control al respecto. El problema se incrementa cuando se pagan gastos personales cotidianos, tirando de la tarjeta de la empresa. Esta práctica genera un descontrol de tesorería que puede dejarnos sin poder afrontar nuestros pagos a proveedores, provocando tensiones de liquidez totalmente evitables.
Por eso planteando un salario a percibir y si somos estrictos en esto, podremos adecuar nuestros ingresos a nuestros gastos y por tanto los cobros con los pagos sin sobresaltos. Si necesitásemos un excedente para afrontar algún gasto personal, lo mejor es realizar un préstamo, como si fuera con una entidad bancaria y un plan de pagos a devolver.
Controla los gastos
Debemos intentar siempre mantener un control preciso de nuestros gastos, orientando el presupuesto a través de un análisis coste-beneficio y no por otras variables como lo que hace la competencia u otros empresarios.
Muchos negocios pymes suelen gastar en herramientas que no son las más indicadas o que son demasiado costosas y poco eficientes. Simplemente por no valorar y analizar qué es lo que nuestro negocio requiere y qué medios necesita, por sus características particulares.
Endéudate con sentido
Un préstamo puede ser una oportunidad de crecimiento si se destina a financiar una buena inversión que favorezca nuestra productividad. Por ello antes de solicitar un crédito es necesario saber para qué lo vamos a destinar. Para evitar que esa deuda sólo genere un pasivo sin una oportunidad real de inversión.
Ahorra y reinvierte
Algunos economistas consideran que como mínimo se debería ahorrar al mes un 10% de nuestros ingresos. Esto quiere decir que el ahorro no debe de ser algo utópico, sino muy real. Por ello en nuestros presupuestos debemos de contemplar ese porcentaje, para poder conseguirlo. Si disponemos de ahorro en nuestro negocio. Podremos invertir correctamente consiguiendo que nuestra empresa crezca y pueda alcanzar sus objetivos y ser más fuerte y competitiva en el mercado.