La pandemia del COVID-19 ha castigado a los autónomos de todas las formas posibles. Restricciones para ejercer la actividad, total o parcial, y la falta de clientes los están llevando a una situación límite.
En este sentido, pocas medidas se han tomado en cuanto a reducir la carga de impuestos para evitar que la presión fiscal haga que se cierren muchas pequeñas empresas.
La Covid-19 ha retorcido las circunstancias actuales, de forma que el sistema de tributación de módulos se ha convertido en un auténtico yugo para las empresas acogidas a él.
Sistema de estimación directa
Expliquemos lo que significa para una empresa tributar por módulos en plena pandemia.
Los autónomos, cuando se dan de alta en hacienda, lo hacen de forma general en el sistema de estimación directa. Este sistema de tributación, lo que hace es que los autónomos realizan los pagos fraccionados trimestrales en función de los ingresos y gastos realizados en el trimestre en cuestión.
Los autónomos bajo este sistema, calculan el rendimiento de cada trimestre e ingresan hacienda sobre el 20% en el caso de los beneficios, o nada en caso de pérdidas. Esto se realiza cada trimestre, y se regulariza en la declaración de la renta, si se ha ingresado más de la cuenta saldrá a devolver o a pagar en el caso contrario.
Estimación Objetiva (Módulos) y COVID-19
Hasta aquí todo en orden, porque si no se reciben ingresos, como pasa en la situación actual de pandemia, no se estará ingresando nada a hacienda en esos pagos fraccionados.
El problema está en que, en el momento del alta, se puede renunciar a este sistema de estimación directa para, y acogerse al sistema de estimación objetiva, más comúnmente conocido por módulos.
Renunciar a estimación directa para estar en módulos, implica estar tres años sin poder regresar a ese sistema; si bien, al principio de la pandemia, existió la excepción de poder abandonar los módulos durante 2020 y recuperarlos en 2021.
Los módulos, es un sistema que, para calcular la cantidad a ingresar cada trimestre como pago fraccionado, se basa en una serie de variables fijas calculadas por hacienda. Esto es, por ejemplo, los metros cuadrados de un local o el número de empleados.
De esta forma, se paga una cantidad fija cada trimestre independientemente de los ingresos y gastos que se tengan.
En una situación normal, hacienda siempre ha sospechado de los módulos por pagar menos de los que les correspondería, pero en esta situación actual de COVID, aquellos que hayan quedado en módulos, si quedó alguno, supone que tienen que realizar los pagos al margen de que no tengan ingresos.
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