Negociar consiste en una acción en la que dos o más personas pretenden obtener un beneficio particular. Mediante el intercambio de algo, sean bienes materiales o inmateriales. A nivel empresarial, bien seas un alto ejecutivo o el gerente de una pyme, ser un buen negociador, es uno de los objetivos a perseguir y conseguir. Su porqué es claro, de lo bien o mal que vayan tus negociaciones, dependerá en gran medida la buena o mala marcha de tu empresa.
Independientemente del objetivo y resultado que queramos conseguir. Es indispensable comenzar a trabajar en el enfoque de nuestra negociación, mucho antes de sentarnos a dialogar con nuestro interlocutor. Buscando y analizando información de la empresa a la que representa o de la propia persona. Esto te aportará un punto de partida ventajoso. Conociendo de antemano con quién vas a tratar, sabrás cuáles son sus fortalezas y sus debilidades.
Qué no debes hacer:
- No pretendas tratar de convencer. Dedica el tiempo necesario en realizar un planteamiento que guste a la otra persona y que contenga lo que quiere o esté buscando.
- Nunca con desaires o desplantes amenazantes que no te llevarán a buen puerto. Utiliza la empatía más que la persuasión. Busca tu objetivo “de buen rollo”. Generando un ambiente distendido, aunque realmente se estén tratando temas estresantes debido a su importancia.
- No dejes nada en el aire. Debes cerrar la negociación sin temor a solicitar una nueva reunión si crees que hay algunos aspectos por acabar de comentar y aclarar.
Por tanto es muy importante conocer qué habilidades o medios precisamos para lograr el éxito en nuestras negociaciones. Manteniendo los tiempos, el talante y la paciencia. Si por el contrario, crees que no dispones de las aptitudes y conocimientos necesarios o, a la hora de negociar un tema de vital importancia, no lo afrontas con seguridad. Es recomendable contratar a una persona especializada en ese tipo de negociaciones que sabrá cómo manejarse y llevar la negociación correctamente, hacia el objetivo deseado.
El negociador, ¿se hace o nace con un talento innato? Puede ser que tengas unas cualidades propias que te faciliten el camino, pero el negociador, se hace con la práctica, los medios y aprendiendo día a día. Cualquier ejecutivo, gerente o persona en general puede, si quiere, convertirse en un buen negociador. Tan solo debe contar con las herramientas adecuadas y dedicarle tiempo.