La planificación presupuestaria es una de las labores más importantes que debemos de realizar a la hora de contar con la base apropiada para alcanzar nuestros objetivos. Mediante ella conseguimos además dirigir nuestro negocio de una manera apropiada. Conociendo lo que precisamos ingresar y estableciendo el tope máximo de gasto para mantener el negocio correctamente. Siendo necesario analizar el progreso de los recursos invertidos y los objetivos alcanzados en el pasado para poder mejorarlos en el futuro.
¿Cómo hacerlo?
– Planificando los ingresos. Analizando y proyectando tanto en el momento presente como futuro, las entradas de dinero en la empresa. Fundamentalmente derivadas de la venta de nuestros productos o servicios. Determinando cuáles serán las ventas esperadas en un período de tiempo concreto. Sin olvidar otras fuentes de ingresos como ventas de inmovilizados, inversiones o venta de acciones a futuros accionistas.
– Controlando costes y gastos. Tanto aquellos directamente aplicables al producto y a nuestro proceso de comercialización. Gastos de personal de fabricación y venta, proveedores, comisiones, devoluciones, transportes, mermas etc. Como aquellos otros que sean de carácter operativo. Desde los derivados del personal administrativo hasta la carga fiscal asociados a la actividad intrínseca del negocio.
– Planificación de posibles situaciones. Intentando proyectar desde un entorno presente y real distintos tipos de escenarios más o menos optimistas para poder encararlos de la manera correcta si estos sucediesen. Debemos de lograr disponer de un sistema que nos permita actuar de la forma más rápida y eficaz posible ante cualquier situación no prevista que pueda presentarse. Partiendo de la base de que en un escenario realista conforme a lo esperado, nuestra planificación presupuestaria se basará en alcanzar los objetivos fijados conforme a lo establecido. En un escenario optimista en el que la situación supere nuestras mejores previsiones. Deberemos de cumplir los objetivos fijados y además establecer los mecanismos necesarios que nos permitan aprovechar las favorables oportunidades surjan.
En uno menos optimista deberemos tener en cuenta las fluctuaciones y cambios en el mercado o en el entorno. Bien sea por malas variables económicas o por una disminución de ventas o una bajada drástica de la demanda de nuestros productos o servicios en el comportamiento de potenciales clientes.
Una vez realizada la planificación en base a lo anteriormente comentado, no debemos obviar realizar un análisis de los resultados. Cómo se lograron los objetivos, en qué hemos fallado, qué desviaciones se produjeron y su porqué. Dotando de valor a lo planificado y lo conseguido para sacar conclusiones que nos hagan más fuertes y exitosos en el futuro.