Si eres autónomo o simplemente un consumidor verás que cualquier factura o ticket que pagas hace mención al IVA, ya sea porque se aplica o porque está exento.
En las empresas, todo el proceso de facturación y las buena parte de las liquidaciones con Hacienda corresponden al IVA.
Concepto de IVA
El IVA es el acrónimo de Impuesto sobre el Valor Añadido. Es un impuesto indirecto que se aplica al consumo de productos y servicios.
Al precio bruto de cada producto que compremos se le suma este impuesto que va a las arcas del Estado.
Es un tipo de impuesto, vigente en casi todos los países, viene regulado en la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido.
Cómo funciona el IVA
El sistema de recaudación del IVA es curioso. El sujeto pasivo de IVA es el consumidor, y éste paga el IVA en cada compra a la empresa que vende dicho producto.
Ese IVA que reciben las empresas no se lo quedan, sino que tienen que ingresarlo a Hacienda. Son, por tanto, meros recaudadores. De forma general, las empresas realizan el ingreso del IVA, de forma trimestral, a través del modelo 303.
Otro elemento principal es el tipo impositivo a aplicar. En este sentido existen tres tipos de IVA: general, al 21%, reducido, al 10% y superreducido, al 4%. Dependiendo del tipo de producto se aplicará un tipo u otro. Normalmente los artículos de lujos llevan más IVA que los productos de primera necesidad
Y, ¿Qué es el IGIC?
El IGIC o Impuesto General Indirecto Canario es el equivalente al IVA, pero que se aplica en Canarias.
Este impuesto funciona de forma idéntica al IVA, con la única diferencia que los tipos impositivos a aplicar son menores. A modo de ejemplo, el IVA general que está al 21% en Canarias el IGIC es el 7%, aunque el producto vendido sea el mismo.
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