La tesorería es una de las principales causas de fracaso de los emprendedores. Una mala gestión del cash flow, basada en la previsión y el control, puede hundir a la empresa más fuerte.
Para estar en preaviso veamos 3 errores típicos que pueden poner en riesgo tu proyecto por culpa de la tesorería:
Estimaciones y previsiones optimistas
Es un fallo común de una gran parte de los emprendedores, y que no afectará solo a la tesorería. Hacer el plan de negocio obedece a un ejercicio de búsqueda de información económica realista, y todo lo que sea adivinar es una amenaza directamente a la supervivencia del proyecto.
Unas estimaciones de ingresos mal calculadas, habitualmente demasiado optimistas, hacen que los emprendedores vivan en una falsa seguridad.
Por un lado, no estaremos siendo conscientes de lo cerca que estamos de la quiebra cuando no estemos vendiendo lo que pensábamos y, por otro lado, esto derivará en que tampoco tengamos bien calculada la cantidad de dinero que necesitemos aportar para abrir el negocio, y que se nos agotará previsiblemente mucho antes de lo que pensábamos.
Los plazos de cobro y pago
No tener en cuenta la diferencia de tiempo entre cuando pago y cuando cobro es un error fundamental en el emprendedor.
Es una buena estrategia para realizar estimaciones ponerte en el peor de los casos, y plantear que pagaras al contado y cobrarás a 30, 60 o 90 días en el escenario más pesimista.
En este sentido, este desfase de tiempo entre cuando pagas y cuando cobras, hay que intentar cubrirlo con algún producto financiero como pueda ser una póliza de crédito en la que paguemos solo por dinero utilizado.
No todo lo que cobramos es un ingreso
Parece una obviedad, pero es que el emprendedor no es consciente de cómo es el funcionamiento del IVA y el IGIC. El emprendedor comprenderá cuando tenga que ingresar a Hacienda la primera trimestral que ha estado recaudando durante los tres meses previos un dinero a sus clientes tan solo para entregarlo al estado. Lo ha estado cobrando pero no es un ingreso.
En este sentido, es fundamental ser previsor y tener una buena asesoría fiscal, ya que es mejor ir “guardando” ese dinero recaudado para cuando haya que pagar en cada trimestral y no poner en riesgo nuestra tesorería.
Foto: Pixabay