El Gobierno va a realizar un proyecto piloto con un grupo de empresas que aplicarán la semana laboral de 4 días a una parte de sus trabajadores.
Para cada una de las empresas que participen, se ha previsto dar una subvención, que irá destinada a cubrir el desfase producido al reducir la jornada de sus trabajadores.
Esta subvención acaba de ser aprobada en la Orden ICT/1238/2022, de 9 de diciembre, por la que se establecen las bases reguladoras de subvenciones para el impulso de la mejora de la productividad en pequeñas y medianas empresas industriales a través de proyectos piloto de reducción de la jornada laboral.
Claves de la subvención para la reducción de la jornada laboral
Esta subvención tiene una serie de aspectos claves:
- La ayuda tiene varios gastos subvencionables. Por un lado, los gastos de salarios y seguros sociales, que tenga la empresa como consecuencia de la reducción de la jornada durante el primer año de aplicación, hasta un tope de 150.000 euros por empresa. Por otro lado, entre el 80% y el 100% de los gastos justificados de formación y de consultoría para el cambio de los procesos necesarios para adaptarse a la nueva forma de trabajar.
- La subvención es de concurrencia competitiva, para sociedades con centro de trabajo en España, con forma jurídica propia.
- Cumplir las condiciones de PYME según la definición de la UE y pertenecer al sector industrial.
- Las empresas deberán reducir, al menos, un 10% su jornada laboral semanal, manteniendo el 100% de las retribuciones salariales anteriores a la reducción. Las empresas de hasta 20 trabajadoras deberán disminuir la jornada al 30% de sus trabajadores.
- Aunque la subvención cubra los costes durante el primer año, las empresas deberán mantener las medidas durante 24 meses, debiéndose someter al final a un estudio que permita evaluar las medidas puestas en marcha.
Este tipo de pruebas y proyectos piloto se han puesto en marcha en varios países europeos, por lo que España se suma a esta moda, de la que se tendrán resultados dentro de dos años.
Se plantea que la iniciativa será un éxito siempre y cuando una reducción de la jornada de trabajo suponga un aumento de la productividad de las empresas; en caso contrario dejará muchas lagunas.
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